El famoso y polémico videoarbitraje, que hará su debut en la Liga de Campeones, tendrá varios aspectos puntuales para tener en cuenta.
Este martes regresan las emociones de la UEFA Champions League. Tras varios meses de espera, finalmente este 12 de febrero se reactivan las acciones en el torneo de clubes más importante del mundo.
Todo está listo para la disputa de los octavos de final, que esta temporada tendrán un invitado bastante especial: El VAR. Será la primera vez en la historia que se introduzca la tecnología en la Liga de Campeones y por eso la UEFA ha decidido explicar, a través de un comunicado, cómo funcionará el videarbitraje.
Se pretende proteger el fútbol. El árbitro asistente de vídeo intervendrá cuando haya pruebas de juego brusco grave y se sancionará con cartulina roja.
La decisión final corresponde al árbitro, que es quien siempre toma las decisiones. El VAR solo recomienda. Las interpretaciones las debe revisar el árbitro en el monitor.
La UEFA quiere que cuando se revise una jugada en el VAR las imágenes se puedan ver tanto en el estadio como en la retransmisión televisiva. Máxima información y más transparencia para explicar las decisiones.
La UEFA tiene preparado en cada estadio una sala con el árbitro del VAR (del mismo país que el árbitro principal si hay VAR en su Liga o de otro si no existe VAR en su campeonato), un asistente, dos operadores de vídeo (cinco cámaras para vigilar especialmente las áreas) y un gestor de calidad.
El mensaje a los jugadores es claro: los futbolistas no pueden reclamar al árbitro el uso del VAR. Los que lo hagan serán amonestados.
La UEFA tiene un estudio en el que demuestran que en los partidos de Champions se juegan de media 61 minutos y 8 segundos, mucho más que las cinco grandes ligas. El mensaje a los árbitros es añadir todo el tiempo que se pierda.
Si hay una tángana cuando el partido ya ha acabado, el VAR podrá actuar con el fin de que el árbitro pueda mostrar rojas a los que agredan.
El VAR avisará al árbitro principal cuando detecte que ha habido algún gesto racista o de menosprecio a la afición rival en las celebraciones o en lances del juego que se le escapen al colegiado que está en el campo.