Repetir el equipo titular y no gestionar bien los cambios, son algunos de los fallos que tuvo el entrenador azulgrana ante el Liverpool.
La dolorosa derrota del FC Barcelona (4-0) ante el Liverpool FC, en el partido de vuelta de las semifinales de la Champions League, ha desatado un vendaval de acusaciones en Cataluña.
Los dobletes de Divock Origi y Georginio Wijnaldum no solamente sirvieron para que el equipo inglés le diera la vuelta a la serie, sino que también, ha dejado al descubierto los 5 errores de Ernesto Valverde que explican por qué el conjunto culé ha sumado un nuevo fracaso en el máximo certamen continental.
Todos coincidieron en que el 3-0 fue engañoso, que el Liverpool dominó con claridad y zarandeó al Barcelona en muchas fases del partido. El planteamiento de Klopp le superó. Y en Anfield los dos jugaron a lo mismo. Quizá alguna variación en el equipo inicial hubiera evitado la duplicidad de escenarios.
Cierto es que no estaba Dembélé y que a Malcom parece que no le da para ser titular en el Barça. Pero pocos entienden que Coutinho, y más después de su actuación en el partido de ida, volviese a ser titular. La actitud, el rendimiento, fue el mismo. O incluso peor. La meritocracia no está en la lista de prioridades de Ernesto Valverde.
Resulta curioso que en una eliminatoria un equipo salga con el mismo once y haga el mismo primer cambio. Y más cuando ese cambio, el de Semedo por Coutinho, ya había supuesto una notable mejoría en el primer asalto. El de Arthur llegó tarde y el de Malcom a la desesperada. Lo de los cambios, por cierto, se extiende al resto de la temporada.
Nada que reprochar al chileno, desde luego. Pero hay un hecho indiscutible: el Barcelona se ahogó en la presión adelantada del Liverpool. Perdió el balón, se vio obligado a parapetarse en su área porque cada salida era cortada, anticipada por los reds.
En ese escenario, pocos como el brasileño. No jugó en la ida y Valverde tardó 74 minutos en ponerle sobre el césped. El jugador más fiable con el balón del Barcelona esta temporada. Más que Rakitic, más incluso que Busquets.
Valverde sacó a Arturo para meter a Arthur, como siempre. Al jugador más potable del Barça sobre el césped de Anfield. Busquets y Rakitic, que ya tenían amarilla, siguieron sobre el campo. Como siempre. Porque ya ocurrió con Dembélé en Lyon o con el propio chileno en otros partidos. Los sacrificados, a la hora de mover el banquillo, siempre son los mismos.