Kylian Mbappé reveló detalles de su primera charla con Zinedine Zidane, quien lo llamó y fue a recogerlo al aeropuerto de Madrid.
El joven francés sigue siendo noticia en el fútbol mundial. Esta vez es por cuenta de una carta publicada en ‘The Players Tribune’, en la que abrió su corazón y reveló detalles de su infancia. Estas fueron las palabras de Mbappé:
LLAMADA DE ZIDANE
«Cuando cumplí 14 años mi padre recibió una llamada de alguien en el Real Madrid invitándome a ir a España para entrenarme allí durante las vacaciones. Fue una sorpresa porque en realidad le habían dicho a mi padre que a Zidane le gustaría verme. Zidane era por aquel entonces director deportivo del Madrid. Fue como estar en la luna. Estaba deseando ir allí.
Nunca olvidaré ese momento. Llegamos desde el aeropuerto y Zidane nos recibió en el parking. Nos saludamos y me ofreció ir al campo a entrenar. Me dijo que entrara en el coche y le pregunté: ‘¿Me quito los zapatos?’ No sé por qué dije eso. Era el coche de Zidane. Pensaba que estaba en un sueño».
SUS PRIMERAS PRUEBAS
«Cuando tenía once años, fui a Londres unos días para entrenar con el equipo juvenil del Chelsea. Estaba tan emocionado que ni siquiera les dije a mis amigos dónde iba. Cuando volví, mis amigos me vieron y me preguntaron dónde estuve. Les respondía que había estado con el Chelsea, y me respondieron que era imposible. Yo les contesté que sí, que lo juraba, que incluso conocí a Drogba.
Ellos insistieron en que les estaba mintiendo. Entonces, le pedí a mi padre el móvil y les mostré las fotos que nos tomamos. Fue cuando me creyeron. Tras la experiencia en el Chelsea les pedí a mis padres dejar Bondy (su equipo) y marcharse a un gran club, pero no quisieron. Querían que me quedara en casa para vivir como un niño y tener una vida normal. No lo entendí en ese momento, pero fue lo mejor».
ÍDOLOS DE MBAPPÉ
«Era un jugador bastante bueno, pero el punto de inflexión fue un torneo cuando tenía once años. Llegamos a semifinales y el partido se jugó en un estadio real en Gagny. Nunca antes había jugado en un estadio tan grande, con tanta gente. Estaba aterrado, prácticamente no corrí, apenas toqué la pelota.
Nunca olvidaré, cómo después del partido, mi madre salió al campo y me agarró de las orejas. No por jugar mal, sino por estar asustado. Me dijo: ‘vas a recordar esto toda la vida. Siempre tienes que creer en ti mismo, incluso si fallas. Puedes fallar sesenta goles, a nadie le importa. Pero que te niegues a jugar porque tienes miedo, puede perseguirte toda tu vida’. Nunca volví a tener miedo en un campo de fútbol.
«Mis amigos y yo no esperábamos convertirnos en futbolistas. Algunos niños tienen carteles de superhéroes en sus habitaciones. Nosotros tenemos futbolistas. Yo tenía muchos carteles de Zidane y Cristiano. Para ser justos, cuando crecí, también tenía algunos carteles de Neymar, que él encuentra muy divertidos».