Las frases más famosas de Faustino Asprilla estuvieron relacionadas con la fama, el dinero y las fiestas que acompañaron su carrera deportiva.
Nació en Tuluá, Valle del Cauca, el 9 de noviembre de 1969. Debutó a los 19 años, jugó 16 temporadas como futbolista profesional y dejó huella en todos los equipos que estuvo. Se retiró a los 35 años y tras haberse convertido en uno de los mejores de la historia.
Estamos hablando de un delantero centro inigualable. De un jugador inteligente conocido por su despliegue físico y su capacidad de superar rivales. Sumó 516 partidos, 169 goles, 125 asistencias y 10 títulos entre sus clubes y selección. Un futbolista único e irrepetible, que será recordado como el primer colombiano que brilló en Europa.
Faustino Hernán Asprilla Hinestroza siempre mostró un juego fantástico en el terreno de juego y algunos escándalos por fuera. Magia, calidad y controversia componen el cóctel completo de un futbolista. El diario ‘MARCA’ de España ha querido reconstruir su historia, con diferentes confesiones en las que dejó al algunas de sus frases más recordadas.
La fama no llega sola y estar en el fútbol europeo trae sus recompensas. Uno que otro lujito no viene mal, el problema es cuando te toca legalizar esos gustos que te diste en el extranjero en tu país. A ‘El Tino’ casi que le salía más caro pagar los impuestos que el mismo carro que compró cuando jugaba en el Parma.
En 1998, cuando competíamos con Crespo, Verón y los otros muchachos del Parma por ver cuál era el que tenía mejor carro, me compré un Ferrari 360 que combinaba los colores amarillo y azul.
Como todos los Ferraris, el mío también lo hicieron por pedido, así que cuando me preguntaron dónde quería mi nombre, yo lo pedí en el tablero, en el airbag.
Ese auto lo intenté traer a Colombia pero los impuestos aquí son un atraco, así que se lo vendí a un tipo en Miami.
‘El Tino’ llegó a estar entre los mejores cuatro nombres del planeta, pero la competencia no era fácil. Jugaba en el Parma y toda Europa se enteró de que un colombiano estaba causando la revolución lejos de casa.
En el 93 estuve nominado entre los cuatro mejores jugadores del planeta, lo que pasa es que cuando uno juega en un equipo como Parma, que es muy pequeño, en una ciudad tan pequeña, no tiene esa posibilidad.
Si hubiera jugado en Barcelona o Real Madrid, tal vez hubiera ganado. Igual hice todo lo posible por ganar en ese momento con mi fútbol y me tocó disputar ese puesto con jugadores muy buenos como Romario y Baggio.
Ese 5 de septiembre de 1993, cuando Colombia goleó 0-5 a Argentina, quedó guardado en lo más sagrado de la memoria futbolística colombiana. La gente estaba como loca antes del partido, pero nadie más loco que Asprilla en el Monumental.
Gustavo Mascardi era mi mánager en ese momento. Él me había dado un celular y cuando entré a la cancha la gente empezó a gritarme. Yo entré para ver qué botines utilizar y todas esas cosas.
La gente enloqueció y empezó a cantarme ‘negro, hijo de puta, la puta madre que te parió’. Entonces, Mascardi me llama al celular y me dice: ‘¿Entraste, boludo? Que te están gritando de todo y te van a matar’.
Me fui a la mitad de la cancha y se me ocurrió señalarle a la gente y decirle que en esa cancha iba a hacer dos goles. Mascardi, me decía ‘¡Vos estás loco, metete adentro!’ Después hice dos goles.
Colombia llegó como favorita al Mundial Estados Unidos 1994. Hasta el mismísimo Pelé dio al seleccionado cafetero como candidato a ganar el torneo. La ilusión de todo el país se desmoronó rápido y el miedo se apoderó del equipo.
El único miedo que sentí en la cancha fue cuando nos amenazaron en el Mundial del 94, después de que perdimos el primer partido con Rumania.
Llegamos a la charla técnica antes del partido con Estados Unidos y vi a Maturana llorando, que teníamos que ir a hablar con nuestras familias porque si no ganábamos nos mataban. Eso sí es sentir miedo.
Nosotros nos pusimos a llorar en el camerino y a pensar en cómo íbamos a salir de esa situación para venir a darle la cara a Colombia, porque muchos llevamos a la mitad de la familia al Mundial, pero los demás estaban en la casa.
Como si ya no hubiese sido un héroe dentro de la cancha, decidió salvar vidas por fuera de ella. ‘El Tino’ confesó que le salvó la vida al portero paraguayo en 1997 y recordó las épocas más macabras del contexto social colombiano.
Apenas termina el encuentro me entra una llamada y alguien me dice: ‘Soy Julio Fierro. Podés llegar acá a mi hotel, estamos caletos’. Llegué y ese man estaba como con 10 personas más, todos borrachos, y con hembras paraguayas.
Fui con Aristizábal y nos dijeron: ‘Necesitamos que ustedes den autorización porque estos dos manes se van a quedar aquí en Asunción porque quieren ir a matar a ese gordo Chilavert’.
¿Cómo así? ¿Ustedes están locos? Van a acabar con el fútbol colombiano, eso no puede ser. Lo que pasó en la cancha, quedó en la cancha. Chilavert me pegó el puño, alegamos, nos expulsaron y ya, eso termina ahí.
Qué mejor manera de terminar esta recopilación de frases de Faustino Asprilla que con la explicación que dio cuando jugó sin ropa interior… ¡y todos se dieron cuenta!
Ese día después del partido yo viajaba para Cali; en Parma te dan calzoncillos con bicicleteros, pero en la Selección Colombia no se utilizaba eso.
Los pantaloncillos los ponía uno, pero los jugadores normalmente usaban pantalonetas de baño en los partidos. Como yo había mandado mi maleta para el aeropuerto, no quise ensuciar los pantaloncillos.
Como la pantaloneta era larga, me la puse sin calzoncillos y a medida que corría se me subía.