Diego Simeone cree que no fue cuestión de suerte que el Atlético de Madrid marcara tres goles de visitante, después de ir perdiendo 2-0.
El entrenador argentino ha vuelto a ser noticia en el fútbol mundial. Esta vez es por cuenta de una entrevista concedida al programa ‘Por amor a la camiseta’, que es conducido por el ex-portero Sergio Goycochea. Simeone habló de todo y dijo lo siguiente:
«Cuando ganamos la Copa América del 91 llevábamos 32 años sin ganarla. Hoy estamos camino a esta situación. Hemos estado muy cerca. Siempre un grupo muy criticado dentro del exitismo. Si salís campeón del mundo sos referencia y si perdés, sos un tipo negativo, fracasado. Que no diste todo.
Los chicos han respondido muy bien hasta las circunstancias donde desgraciadamente les ha tocado perder, es doloroso ese estado. Para los que la vivieron y para los que somos de Selección y no nos ha tocado ganar. Ganar, gana uno.
Te tiene que agarrar muy fuerte. Yo lo relaciono con la Champions. Son torneos que los podés ganar. ¿Cómo? Con una preparación sumamente construida en aspectos emocionales, aspectos individuales. Tenés que tener esa dosis y ayuda de suerte. Te tiene que acompañar.
Podés trazar los caminos o buscar soluciones posibles, pero hay detalles que en una competencia tan corta y que necesita de gente con fortaleza mental, no es fácil. Por eso se repiten los que ganan. Gana Alemania, Brasil».
«El fútbol es como el boxeo porque debes saber cuándo es momento de atacar. En el Atlético, sabemos las virtudes que tenemos como equipo. El ejemplo es cuando jugamos contra el Liverpool, un equipo tremendo, sabíamos que podíamos lastimarlo.
Cuando hablan de que el tuvimos suerte, yo pienso en un equipo que perdía 2-0 e hizo tres goles. Eso no es suerte. Los partidos hay que valorarlos enteros.
Sabíamos que Morata estaba lesionado, y que iba a recaer. Perdíamos 1-0 y la tensión subía. Yo pensaba ‘como ponga a Morata, haya prorroga, y se me vuelva a lesionar, me suicido. Lo voy a aguantar hasta el final’. Y salió bien: se lesionó pero marcó.
La derrota de la primera final de Champions no fue un fracaso, la segunda sí. Fracaso significa cuando tienes un objetivo y no llegas. En Lisboa veníamos de ganar la Liga. Había sido una temporada extraordinaria. Además, el Madrid había sido mejor en los 90 minutos, y en el alargue fueron contundentes.
En Milán no. Y que la tanda de penales te lo vuelva a quitar, a un equipo con tan pocas finales en su historia. Yo pensaba cómo hago para volver a levantar esto».
«Es sentimiento. Hay gente que le puede pesar mucho más jugar en la Selección y otros lo desarrollan como algo natural. Es como uno va caminando sus pasos en la Selección. Uno se puede enganchar a los 28 o 17. Es un arraigo. Conocés a alguien y decís esto es mio. Vas a dar la vida.
Cada vez que había una convocatoria, la posibilidad de una Copa América o Mundial, estaba pendiente, más allá de saber que tenía chances. Esa sensación de ver que uno estaba y la alegría consecuente.
Es difícil explicarle a la gente la proyección de encontrar a un equipo que estaba con problemas como el Atlético de Madrid, y hoy extrapolarlo a un lugar cercano a los más poderosos del mundo. Porque cuando hablo de esto, el que está en Argentina dice: ‘A mí qué me importa, yo quiero que vos dirijas a la Selección Argentina’.
Pero bueno, todo va en su debido momento y en su debido espacio. No tengo dudas de que en algún momento, si las situaciones se encuentran, posiblemente pueda tener la oportunidad».
«Son diferentes. Uno es una máquina de hacer goles. Lo he sufrido diariamente estos últimos años. El otro era el fútbol argentino representado en una persona. Hoy parecería que Messi, más maduro, empieza a exteriorizar, y a Diego no le costó nunca. Podrían jugar juntos.
Agregar a Cristiano estaría más complicado. Empezaríamos a tener agujeros. Siempre digo que si no corre uno, bien. Si no corren dos, difícil. Si no corren tres, imposible».