Las frases más famosas de James Rodríguez estuvieron relacionadas con su llegada al Real Madrid y sus partidos con la Selección Colombia.
Nació en Cúcuta, Norte de Santander, el 12 de julio de 1991. Debutó a los 15 años, lleva 14 temporadas como futbolista profesional y dejó huella en todos los equipos que estuvo. Actualmente tiene 28 años y juega en el trece veces campeón de Europa.
Estamos hablando de un volante creativo inigualable. De un jugador alegre conocido por su buena técnica, capacidad de improvisar y calidad dentro del campo. Suma 516 partidos, 143 goles, 156 asistencias y 23 títulos entre sus clubes y selección. Un futbolista único e irrepetible, que se inmortalizó como el goleador del Mundial de Brasil 2014.
Así es James David Rodríguez Rubio. Dentro de la cancha ha sido campeón en todos los países donde ha jugado. Y fuera de ella se ha destacado como un alguien tímido y callado, pero que no tiene pelos en la lengua cuando comparece ante los medios de comunicación. El diario ‘MARCA’ de España ha querido reconstruir su historia, recordando sus frases más famosas.
– Bueno, mi padre también fue jugador, y creo que lo llevaba en mis venas. Empecé a jugar cuando tenía 4 años y estaba siempre con una pelota en los pies. Desde las 8 de la mañana hasta las 7 de la tarde. Todo era fútbol en mi vida y quería jugar siempre. Tenía el sueño de ser una estrella, de que el mundo me conociera. Y doy gracias porque ocurrió, y que pude jugar para clubes enormes, alcanzando mis objetivos.
– Hay una escena inolvidable en Envigado. Fue cuando fui a entrenar por primera vez con el equipo grande. Yo recuerdo que me dijeron: ‘Tienes que estar a las 3 p. m. allá’. Yo llegué en punto, pero no quería o no pude entrar al camerino y me quedé en la puerta mirando a todos esos manes ya consagrados. En esas me pilla un técnico y me grita: ‘¡Hey!, ¡Quiubo pues!, ¡entrá! ¿Qué estás haciendo ahí?’. Y yo entré así todo tímido. Así fue mi primer día de profesional.
– En Banfield llegó como técnico Julio Falcioni, y él quería que yo fuera extremo izquierdo, y yo era 10 desde siempre. Y yo era un 10 de esos de hace quince años, de toque, lento, calidoso. Entonces, un día Julio me dijo: ‘Pibe, si vos querés jugar, tenés que correr por la banda’. Luego, un día entrenando, me dijo: ‘Andá de lateral izquierdo. Y si no vas y vienes por lo menos 10 veces, en 15 minutos, no te voy a poner nunca’. Por supuesto, yo fui y volví 100 veces. Hice de todo por esa banda. ¡Y jugué, claro que jugué!
– Fueron tres años únicos, años en los que pude ganar títulos. Llegué al club muy joven, con 18 años, aprendes cosas nuevas. Crees que sabes mucho, pero después cuando creces te das cuenta que te faltaba mucho. Fueron tres años donde aprendí a todo este fútbol europeo porque el Oporto es un club grande donde ganas títulos, juegas la Champions League y es un club donde puedes ganar experiencia.
– Los dos primeros meses no pude jugar en el Mónaco, pero después sí. Claudio Ranieri me insistía en que tuviera un poco más de marca, en que copara espacios cuando no teníamos el balón. Y aprendí mucho de él y luego tuvimos un año muy bueno. Fue un técnico que me ayudó mucho y esa fue la previa para que tuviera una Copa del Mundo como la que tuve.
– Jugar en el Real Madrid era mi sueño desde niño. Pensé que en mi primer año no iba a jugar mucho, pero di con un técnico como Carlo Ancelotti, que me puso a jugar desde el primer día. En el primer año, hice más de 15 goles y 15 asistencias, no se pudo ganar mucho, pero en lo personal fue un año top para mí.
– Tenía ofertas de clubes grandes, me lo pensé mucho, pero con Ancelotti en el Bayern, decidí apostar y estuvo solo un mes y algo. Y ahí es dónde te vienen las dudas. Luego llegó Jupp Heynckes, un entrenador que conoce el club y crees que va a ser duro, pero fue todo lo contrario. Estoy jugando siempre, un entrenador que confía mucho en mí.
– Cuando Pékerman vino a Colombia, de alguna manera no había esa mentalidad de poder ganar, de poder salir en cada campo, fuera Chile, fuera Brasil, el que fuera, a ganar. Siento que Colombia, cuando jugó por fuera, siempre ganó o lo intentó. Y yo creo que todos los hinchas sentíamos eso. Que cuando Colombia salía a un campo, la gente sentía como que ‘¡hoy Colombia gana!’. Él cambió la mentalidad de poder ganar siempre. Él cambió el chip de nuestro fútbol. Y ese es su legado.
– Queiroz sabe de mi mentalidad y las ganas que tengo de jugar con la Selección. Quiero siempre ayudar y que la Selección esté al máximo nivel. Esa ha sido mi mentalidad siempre, poner en la Selección en lo más alto. Jugar por el pueblo y ponerme esa camiseta amarilla, me eriza la piel. Por eso quiero ser siempre el mejor cuando me convocan.
– Mi compromiso con la Selección siempre ha sido 100 por ciento. Quiero ser el mejor siempre y me hace mucha falta jugar con la Selección. Espero poder estar pronto ayudando a la tricolor.