Daniele De Rossi rechazó la dureza con la que se critica a Lionel Messi, sólo porque no ganó un Mundial con la Selección Argentina.
El ex futbolista italiano ha vuelto a ser noticia en el fútbol mundial. Esta vez es por cuenta de una entrevista concedida al diario ‘LA NACIÓN’ de Argentina, en la que recordó su paso por Boca Juniors. Estas fueron las palabras de De Rossi:
«Mirando ‘La Casa de Papel’ con mi mujer, cuando hablaba el personaje ‘Palermo’, en argentino, nos mirábamos y casi arrancábamos a llorar. Yo volvía de los entrenamientos de Boca, y cuando giraba en Figueroa Alcorta sentía que estaba en mi casa. Yo estaba en el lugar justo, en el momento errado.
Pero no pasa semana que no extrañe todo de Boca, de Buenos Aires, y lo siento, porque me dicen que ahora está muy complicada la situación en Argentina y tengo miedo de que el día que pueda volver, no me encuentre con el país que dejé. En el país que yo estuve, me sentí como en mi casa.
La camiseta de Boca Juniors es la más linda que hay. También tengo la 16 nueva, sí, llamé al chico de Adidas y le pedí que me la mande. Como si siguiera siendo mía. Me dijeron que debía firmar no sé qué, que los derechos. A mí no me importa una mierda, me gusta que mi imagen esté cercana a Boca».
DANIELE DE ROSSI DEFIENDE A LIONEL MESSI
«Compartir la cancha con Messi es una motivación. A veces me daba cuenta que mis compañeros, antes del partido, lo miraban con ojos distintos, como de admiración, y también a mí me pasó. Yo trataba de no mostrar mis sentimientos ni mi debilidad ante un jugador tan grande. Cuando le sacás la pelota a Messi te da un sabor distinto a si se las sacás a un burro cualquiera.
Él se acostumbró, en los últimos 15 años, a jugar contra gente que vive sólo para demostrar que puede compartir la misma cancha. Y para eso, él también debe tener una gran fortaleza mental. Futbolísticamente no hay nada más que explicar, se acabaron las palabras.
Hay otros muy buenos, como Ronaldo, que puede ser comparable desde los números, los goles y trofeos, pero después hay una cuestión de placer, y a mí me gusta ver a Messi. La única fortuna que tuvo es que jugó en el equipo más grande de los últimos 30 años, el Barcelona de Guardiola, entonces sus compañeros, sin ser tan buenos como él, eran dignos de estar a su lado.
Si en Italia contás que en la Argentina le dicen pechofrío a Messi, acá se ríen, no entienden nada. ¡Cómo le vas a decir pechofrío a Messi que tiene dos huevos así de grandes! Hay gente que tiene el coraje de decirle pechofrío a Messi detrás de una computadora, y después ni tiene los huevos de pedirle a su mujer el control de la tele para cambiar de canal.
¡Y le dicen pechofrío a uno que marcó más de 1000 goles en su vida! ¡Vamos! Nadie como él se ha acostumbrado a disfrutar del amor de la gente y también a soportar las críticas, muchas veces injustas.
Él perdió dos finales de Copas América por penales, y yo soy campeón del mundo por penales. Mira, él es un pechofrío en la Argentina y yo soy un héroe junto con mis compañeros por haber ganado el Mundial del 2006. ¿Y cuál es la diferencia? 5 centímetros. No puede ser, no, me niego. Me gustaría que tengan en cuenta que muchas veces es él, el que se carga todo el equipo sobre su espalda».
REGRESO COMO ENTRENADOR DE BOCA JUNIORS
«Riquelme lo intentó, y lo intentaron Bermúdez y Cascini también. Fueron muy cariñosos todos, y por respeto los escuchaba. Pero fui muy claro desde el primer día que volví, incluso antes de que me sacaran sangre y me hicieran los estudios. Yo les dije: ‘Me tengo que ir’.
Me dijeron: ‘creemos en vos, creemos en tu nivel de juego, no mostraste mucho pero no estuviste en tu plenitud física, si te ponés 10 puntos podrás hacer una segunda parte de liga muy buena’. Yo pensaba lo mismo, pero la decisión la había tomado por otra razón. No podía convencerme nadie, ni un genio como Riquelme, ni mi padre ni mi abuelo. Nadie. Fue algo muy pensado.
Tengo que volver como turista y tengo que volver para agradecerle a la gente que tanto me ayudó. Y tengo en mi cabeza la idea de volver como entrenador de Boca, sí o sí. Puedo ser el último de la lista, pero mi idea es esa. Si las cosas seguían bien, ya había quedado con Nico [Burdisso] que iba a empezar mi carrera de entrenador en las inferiores del club.
Eso fue antes de que empezaran los pequeños problemas familiares. El día que firmé la rescisión estaba en las oficinas de La Bombonera, y de repente levanté la cabeza y estaba la Copa Libertadores ahí, en una vitrina. Y me dije, ‘no dejé de lo que podía dejar como futbolista, no dejé nada, por eso quiero volver como entrenador porque este club está en mi corazón’. Las vueltas de la vida dirán, pero mi deseo es dirigir a Boca».