Duván Vergara recordó el calvario que vivió en Rosario Central por las falsas promesas y toda la ayuda que recibió de Jarlan Barrera.
El extremo del América de Cali sigue siendo noticia en el fútbol colombiano. Esta vez es por cuenta de una entrevista concedida al periodista Carlos Arango, en la que habló de su paso por Argentina. Estas fueron las palabras de Duván Vergara.
«Desde el comienzo fue malo. Me dijeron que me iba a ganar un sueldo y terminé ganándome otro. Decían que yo tenía la rodilla mala, que supuestamente tenía los meniscos jodidos, pero que eso no me impedía jugar, aunque si me lesionaba de eso me quitaban la mitad del sueldo.
Era más que todo como un negocio. Me dijeron se va a ganar 8.000 dólares, eran como 25 millones de pesos y cuando llegué allá me salieron con otra, pero yo lo tomé porque no quería volver a Envigado. En sí me terminé ganando como 10 millones, pero no me rendía la plata por el cambio a pesos. Era muy raro todo.
Al que me llevó le faltó. Él se ganó su comisión y se fue, me dejó tirado. Duré dos meses en un hotel con mi mamá. Cuando salí del hotel me cobraron y ni me pagaban. Todo era mal, se me vino cayendo como el mundo porque yo con mi mamá en un país que no concíamos y la verdad que mi mamá y yo lloramos mucho. Se supone que uno va comprado porque le va a cambiar la vida y no fue así».
«Jarlan llegaba de Junior y tenía ahorritos. Ya cuando conseguimos un apartamento él me ayudó y nos compró licuadora, televisor. Son cosas que nadie sabe, qué pasé muy mal allá. Le pagaban a todo el plantel menos a Jarlan Barrera, Óscar Cabezas y a mí.
Era muy complicado rendir en las condiciones que yo estaba allá. Yo no estaba bien. Mi corazón estaba mal porque no jugaba, no me pagaban, a veces no tenía ni para comer y Jarlan era el que me ayudaba».
El futbolista cordobés no tuvo problema en revelar las dificultades que vivió durante su paso por Rosario Central y el bonito gesto que tuvo el volante samario con él. Una experiencia amarga que terminó con su llegada al América de Cali, donde recuperó el nivel y las ganas de jugar.