Luis Suárez reconoció que su deseo es seguir en el FC Barcelona y que no tiene problema en arrancar desde el banquillo.
El delantero uruguayo ha vuelto a ser noticia en el fútbol mundial. Esta vez es por cuenta de una entrevista concedida al diario ‘EL PAÍS’, en la que habló de la crisis deportiva que atraviesa el equipo culé. Estas fueron las palabras de Suárez:
«Cuando se pierde como se perdió en Lisboa todos somos responsables. Eso está claro, no sería justo señalar solo a un jugador o a alguna persona del club. A veces sí parece que se quiera personalizar, pero honestamente creo que nadie puede poner en duda mi compromiso con el Barcelona.
Fue uno de esos días donde todo salió mal. Nos vimos superados y no supimos cómo arreglarlo. No es una excusa pero está siendo un año muy extraño por todo, y desde luego el formato influye; el Bayern se adaptó y se mentalizó mucho mejor para una eliminatoria atípica. Veníamos quizá con algunas dudas y el Bayern lo tenía todo clarísimo.
Ellos están muy bien, muy fuertes. A doble partido nunca sabremos qué podría haber pasado; seguramente también nos habrían eliminado, no sé. Pero es cierto que nosotros en el Camp Nou nos hacemos más grandes y que jugando fuera de allí siempre nos cuesta un poco más».
«Cuando se habla de pesos pesados se mira a todos los que llevan más tiempo en el club. Es normal, pero hay mucho engaño en todo eso porque en realidad de un año a otro todo cambia. No me gusta comparar, cada lugar es distinto, pero recuerdo que en el Madrid el año que les eliminó el Ajax de la Champions se decía que Kroos estaba acabado, querían jubilar a Modric, decían que Ramos era un desastre y de repente ya no valía ningún jugador.
Al año siguiente todo les fue mejor y otra vez todos eran fenómenos y formaban un equipo de leyenda. Y claro está que era y son un equipazo, pero con la derrota ya se sabe que se dispara contra todo y contra todos. Y es una pena porque es así todo el tiempo, se opina de todo y sobre todo se juzga con mucha facilidad: lo que hoy es blanco, mañana es negro y viceversa.
Por otra parte, ser amigo de Leo es un orgullo para mí, porque en la cancha no hay amigos, hay compañeros de equipo y estamos para ayudarnos todos con un objetivo común. Y, fuera de la cancha, tengo la suerte enorme de contar como amigo con una persona excelente como es Leo, una amistad que va más allá de jugar juntos hoy, que es algo circunstancial».
«Lo aceptaría aquí como lo acepte siempre en mi carrera. La competencia siempre es buena y si el técnico considera que debo arrancar desde el banquillo no tengo problema en ayudar con el rol que me otorguen. Creo que aún puedo aportar mucho a este club.
Se habla de algunos nombres que dio el presidente, de cambios que se pueden dar, pero nadie me dijo que quieran prescindir de mí; si este es el deseo del club estaría bien que el responsable que elija hable directamente conmigo.
Llevo seis años en el Barça, tiempo suficiente para decir lo que piensan. Mejor así que filtrar si soy uno de los que quieren que salga. Está por ver. Yo también quiero lo mejor para el club y mi idea hoy es seguir, pero si desde el club piensan que soy prescindible, no tengo inconveniente en hablar con los que decidan».