Richarlison de Andrade ha vuelto a ser noticia en el fútbol mundial. Tras cortar su sequía ante el Arsenal, concedió una entrevista al diario ‘AS’ de España en la que habló de la difícil infancia que vivió. Estas fueron las palabras de Richarlison:
SU ACTUAL NIVEL
«Mi temporada está comenzando de nuevo. Jugué los primeros partidos, pero terminé lesionado a principios de septiembre y estuve fuera de acción durante más de 40 días. Ahora me siento más confiado en el campo y completamente recuperado. Creo que puedo hacerlo muy bien y ayudar al Everton.
Sufrimos mucho con las lesiones y eso acabó entorpeciendo un poco nuestro papel, que al principio fue muy bueno. Estábamos en lo alto. Ahora tenemos partidos difíciles por delante, pero somos capaces de recuperar ese ritmo y escalar un poco más en la clasificación».
LA SELECCIÓN BRASILEÑA
«Tenemos una generación fantástica de jugadores jóvenes que todavía están evolucionando. Creo que Brasil será muy fuerte en los próximos Mundiales y puede que sorprenda a mucha gente que no cree en nuestro equipo.
Estos jugadores están creciendo en sus clubes y asimilando lo que es vestir la camiseta de la selección junto a jugadores como Neymar, Casemiro, Thiago Silva, en definitiva. Todavía tenemos mucho trabajo que hacer».
MUNDIAL DE QATAR
«Mi objetivo es hacer el mejor trabajo posible aquí en el Everton para poder lograr cosas buenas para el club y seguir siendo recordado por la selección brasileña.
Tengo muchas ganas de estar en la próxima Copa del Mundo, jugar en la Copa del Mundo es mi sueño de infancia, y para eso necesito trabajar cada vez mejor, estar en buena forma porque la competencia es muy dura. Cualquiera que quiera estar allí tendrá que estar en su mejor momento».
«Mi infancia fue muy pobre. Nací en una ciudad al norte del estado de Espírito Santo, en el sureste de Brasil. Es un pueblo pequeño, donde mucha gente trabaja en el campo y hay mucha pobreza. Desde muy pequeño veía a mis padres trabajando todo el día para pagar las facturas y todos los meses era difícil tener suficiente dinero para el mínimo, aun con todos sus esfuerzos.
Trabajé desde temprana edad para ayudar, vendiendo dulces, helados e incluso recogiendo café con mi abuelo cuando era adolescente. Al mismo tiempo, mis hermanos y yo vivíamos en una zona pobre y peligrosa de la ciudad. Vi muchas cosas malas como drogas, violencia… Fue muy complicado, pero tenía ángeles de la guarda que siempre me llevaban al lado correcto.
Muchos amigos de la infancia no tuvieron tanta suerte y terminaron en la cárcel, se metieron en el mundo de las drogas y algunos incluso murieron. Gracias a Dios y a estas personas que me ayudaron, fui al fútbol, que siempre fue mi sueño, y lo logré. Dar una mejor vida a mi familia y tener un futuro también. Me siento muy privilegiado y afortunado porque podría haber sido diferente».
ANÉCDOTA DE NIÑO
«Era una situación en la que volvía de la escuela de fútbol con mis amigos y un tipo pensaba que estaba vendiendo drogas en ese área. Me apuntó con la pistola a la cabeza, me amenazó, pero gracias a Dios tuve la tranquilidad de explicarle que estaba de camino a casa del fútbol y que no vendía ni consumía drogas.
Me quisieron pegar un tiro, pero el fútbol me salvó la vida literalmente. Es más fácil hablar de eso ahora, pero fue algo que realmente marcó mi infancia y me animó a recorrer un camino muy diferente al que terminaron algunos amigos, porque no tuvieron tanta suerte como yo».