Zlatan Ibrahimovic es uno de los mejores jugadores de la historia. Es uno de los que más títulos ha ganado, uno de los que más goles ha marcado, uno de los pocos que ha estado en varios de los grandes equipos de Europa y el único que sigue brillando a sus 40 años.
Como el sueco han habido pocos futbolistas. Podríamos quedarnos horas y horas escribiendo sobre todas las cualidades que lo hacen único. Por ello, hablaremos de una de las que recientemente le han destacado: su visión periférica. Dicha virtud le permite a Zlatan hacerse una idea exacta de su situación y la de sus rivales en el campo en milésimas de segundo.
Así lo ha revelado el reconocido analista Geir Jordet, un profesor de la Escuela Noruega de Ciencias del Deporte, donde realiza investigaciones y enseña psicología y rendimiento en el fútbol de élite. Sus trabajos más extensos se centran en cómo actuar bajo presión extrema y en los fundamentos cognitivos y perceptivos de la toma de decisiones y desarrollo del talento.
El experto explicó en la ‘Gazzetta dello Sport’ su método y cómo el sueco es un privilegiado. Jordet ha llegado a la conclusión de que Zlatan Ibrahimovic es un jugador con una capacidad superior a la de los demás.
Todo empezó con un estudio sobre Zinedine Zidane, durante su época de jugador. Al francés le siguieron 17 cámaras durante un partido y se pudo comprobar que era capaz de mover los ojos tres veces en los últimos dos segundos antes de recibir el balón, lo que le ayudaba a hacerse una idea perfecta de la situación del juego. Y eso es lo mismo que hace Ibra.
LA VISIÓN DE ZLATAN IBRAHIMOVIC
De acuerdo con el citado diario italiano, la frecuencia media de exploración del campo del futbolista sueco es de 0,5 por cada segundo. Se trata de valores más propios de un centrocampista, de un organizador de juego, que de un delantero, que tienen de media 0,3.
De hecho, los mejores en este aspecto de los últimos años han sido mediocampistas: Xavi Hernández (0,83), Cesc Fábregas (0,76), Frank Lampard (0,62), Steven Gerrard (0,61) y Andrea Pirlo (0,58).
Jordet explica que esta capacidad de reacción, además de innata, también se puede entrenar. Es mejor hacerlo desde las primeras etapas de formación de los jugadores y, hoy en día, mucho clubes disponen de simuladores para mejorar estas habilidades.
«Haaland y Odegaard son realmente buenos en este sentido. Odegaard empezó a los 8 años con un ejercicio muy sencillo: su padre le pasaba la pelota, su hermano, detrás de él, se movía a la izquierda o a la derecha y Martin tenía que adivinar y decir hacia dónde iba antes de recibir la pelota», explicó Geir en la Gazzetta dello Sport.