El partido entre el Levante y el Wolverhampton fue todo, menos amistoso. Los jugadores de ambos equipos protagonizaron una pelea que terminó con cuatro jugadores expulsados. Los integrantes de los cuerpos técnicos tuvieron que intervenir para evitar que la cosa pasara a mayores.
Dos futbolistas de cada conjunto vieron la roja directa sobre el final del primer tiempo. Tras calmarse la cosa, los dos entrenadores pidieron al árbitro que diera la opción de empezar el segundo tiempo con los equipos completos (11 contra 11) para que se pudiera aprovechar realmente el ensayo y prometieron calmar a sus jugadores. De hecho, no hubo más incidentes y el Levante terminó venciendo (2-1) al Wolverhampton.