El gol más ridículo de la semana, y posiblemente de la historia, se vio en la Serie C de Italia. Manuel Fischnaller, jugador del Fermana, anotó el empate (1-1) ante el Cesena tras una sucesión de errores defensivos. Falló el arquero y los defensas no fueron capaces de salvarlo.
Tras una serie de despropósitos por parte de los defensas y del portero local, el Fermone terminó empatando el partido. En una interminable jugada repleta de desgracias para el Cesena donde ninguno de los jugadores demostró contundencia y destreza para despejar el balón, éste terminó quedando muerto en los pies del delantero visitante que solo tuvo que enviarlo al fondo de la red.