El 2 de mayo del 2009 es una fecha muy especial para los hinchas del Barcelona. Aquel sábado será siempre por como el día que Pep Guardiola humilló al Real Madrid en el Santiago Bernabéu. Los merengues recibieron a los culés por la jornada 34 de la Liga, sin imaginarse que sufrirían una de las peores derrotas de toda su historia.
Los catalanes tenían a Lionel Messi (con apenas 21 años) como figura descollante. El argentino estuvo a la altura de las expectativas y dejó enmudecidos a los hinchas blancos. Fue un contundente 6-2 y por primera vez Leo jugó en el puesto que se denominó «falso 9». De los seis goles, Messi hizo dos. Los otros tantos fueron de Thierry Henry (doblete), Gerard Piqué y Carles Puyol.
Lo más llamativo de aquel encuentro es que el Real Madrid se había puesto en ventaja inicial con una anotación de Gonzalo Higuaín. El otro gol de los merengues fue obra de Sergio Ramos, pero solo sirvió para descontar las diferencias en el marcador. Una diferencia que el Barcelona supo ampliar con el pasar de los minutos gracias a las estratégicas decisiones de su entrenador.
El técnico catalán sorprendió a su eterno rival con una alineación y un planteamiento revolucionario, que cambiaría para siempre la historia del Clásico español. Aquella tarde será siempre recordada como el día que Pep Guardiola humilló al Real Madrid en el Santiago Bernabéu y se confirmó como el mejor entrenador del mundo.
