El Real Madrid lo volvió a hacer. Remontó un partido en los últimos minutos y se clasificó a la final de la Champions League. Esta vez, la víctima fue un Bayern Múnich que estuvo ganando hasta el minuto 88. Los bávaros por poco empatan el juego, pero un error del árbitro los dejó sin posibilidades.
Al minuto 90+10, Szymon Marciniak pitó fuera de juego, tras levantar la bandera el juez de línea, en una acción que finalizó Matthijs de Ligt marcando el que hubiese supuesto el 2-2 y la prórroga para el Bayern Múnich. Tanto el asistente como el árbitro central se aceleraron en su decisión y terminaron cortando la jugada ofensiva antes de que finalizara.
Los jugadores y el cuerpo técnico del equipo alemán reclamaron el actuar de los jueces, que no esperaron a una posible intervención del VAR. Finalmente ganó el Real Madrid como lo ha hecho en las últimas Ligas de Campeones: con una épica remontada y con una polémica decisión del árbitro.