Fredy Guarín ha vuelto a ser noticia en nuestro país. El ex-futbolista colombiano concedió una entrevista al programan ‘Los Informantes’ para hablar de los problemas que estaban acabando con su vida. Estas fueron las palabras de Guarín:
VIDA EN ITALIA
«Empecé a ganar mi nombre en Italia, fuera del campo empezó a ser silencio en el estadio. Lo manejaba muy bien, me emborrachaba 2 días antes del partido y llegaba al partido, funcionaba y ganábamos, hacía 1 o 2 goles. Trabajaba más de cuando no tomaba por el cargo de consciencia.
Tomaba en la casa, en la discoteca, en el restaurante, buscaba ‘parche’. El entorno: la champaña arriba, las mejores modelos y yo tenía mi familia. Ahí era la vaina jodida, yo sabía que estaba haciendo mal en mi responsabilidad laboral y en la familiar».
VIDA EN CHINA
«Allá me degeneré alcohólicamente, del todo. Me levantaba, iba a entrenar y después del entreno, alcohol. Descansaba un poco, entreno y así era todos los días.
Llevaba a los amigos de Italia, de Colombia, a China. 16 personas me llevé una vez, para armar mi grupo allá. No tenía noción de la plata, ganaba mucho dinero, la plata no me entraba a mi cuenta, vivía con los premios y me daba una vida de lujos. Noches, rumbas, yates, aviones, regalé mucha plata».
«Tomaba 50, 60 o 70 cervezas en una noche. Llega la pandemia, no había entreno, no había grupo, no había fútbol, no había temor. Me iba para la favela en Brasil, estaba con cualquier chica en Brasil, me abandoné por completo, borracho, me iba para la favela a buscar peligro.
Le decía, en su momento, adrenalina. Ver armas, movimientos, yo no medía riesgos. Me la pasé borracho 10 días, por completo. Me quedaba dormido del cansancio, me levantaba con la cerveza al lado de donde me quedaba dormido, el cuncho que me quedaba, me lo tomaba y me emborrachaba otra vez».
FONDO DEL POZO
«Vivía en un piso 17 y en ese momento me desconecté de la vida, de todo. Mi reacción fue mandarme, había una malla en el balcón. Salté y me devolvió, obviamente, inconsciente de lo que estaba haciendo y no sé qué pasó. En ese momento se hablaba de que el COVID-19 lo mataba a uno.
En mi mente, muerte, todo el tiempo, la gente muriéndose y yo con mi problema de adicción, solo. Sabía que, en cualquier borrachera, iba a morir, le tenía mucho miedo y llegaba al punto de que no me importara nada para poder hacerme daño. Sin pensar en mis hijos, en mi familia, en mis padres, sin pensar en nadie».
PROCESO DE REHABILITACIÓN
«Es un propósito que Dios está poniendo en nosotros y sé que este testimonio va a llegar a muchos rincones del mundo, a tocar muchos corazones y va a salvar algunas vidas».