Federico Valverde sigue siendo noticia en el fútbol mundial. Además de su gran temporada con el Real Madrid, el uruguayo concedió una entrevista al programa ‘Universo Valdano’ de Movistar Plus+ para hablar de su exitosa carrera. Estas fueron las palabras de Valverde:
CONSEJO DE SU PADRE
«Me inculcó que luchar se lleva en la sangre. A día de hoy, todavía me exprime: me dice que patee al arco, que dispare, que siga creciendo. Siempre me regaña por cómo debo tratar a mis hijos y por qué tengo que darles y qué no.
Se enojó un montón. Tenías que ver cómo estaba. ‘¿Pajarito? Mi hijo no es un pajarito’. Mi madre tuvo que tranquilizarle: ‘Julio, tranquilo, que es algo para bromear, son niños, no pasa nada. Le llaman así porque vuela’. Entonces mi padre ya lo vio mejor».
UNA INFANCIA DIFÍCIL
«Trabajaron de repartidores y uno en una ferretería. Les veía currar las 24 horas. Era jodido. Los que más sufrían eras mis padres: intentaron darme unos zapatos para jugar, que tuviera lo mejor para estar bien, pagar un taxi para que fuese a entrenarme sin mojarme. Les estoy muy muy agradecido.
Lamentablemente, los dejé por el fútbol. Terminé la Primaria y no la Secundaria. Hablamos en casa y creímos que, si yo me quería dedicar al fútbol, debía apostar por ello. Obviamente, eso no está bien. Ahora trato de meter en la cabeza de mis hijos que la prioridad son los libros y que se olviden de lo demás».
FRACASOS DE VALVERDE
«A la primera convocatoria de la sub-15 uruguaya fueron muchos compañeros y yo no. Supuso uno de los golpes, junto a perderme el Mundial de Rusia, más importantes de mi carrera. Sentí vergüenza al llegar a casa por no haber conseguido lo que mis padres, mis hermanos y mis amigos querían escuchar. Creía que le estaba fallando a la gente que más me quería».
CAMBIO DE MENTALIDAD
«Odiaba correr y entrenarme. Pensaba que tenía las cualidades de Maradona. Sentía que ¿para qué, si yo podía jugar para adelante y era bueno? Me costó entenderlo. Tuve un entrenador, el Chueco Perdomo, en sexta división, que me quitó por no defender. Entonces empecé a correr más, a colaborar. No estaba ayudando a mis compañeros».
LLEGADA AL ARSENAL
«Tenía 16 años. Dije: ‘Ya está. Este es mi club. Aquí voy a crecer’. En Uruguay se miraba mucho la Premier. Me imaginaba un futuro ahí. Disfruté y me ejercité con jugadores espectaculares. No sé si se acordará de mí, pero el Dibu fue uno de los que más me ayudó en todo junto a Bellerín, Alexis y Cazorla.
Yo no sabía inglés y me tenían que explicar todos los trabajos. Yo ya estaba compitiendo con gente grande en la liga uruguaya. Sentía que estaba preparado para un escalón más».
CONSEJO DE SU NOVIA
«Me dijo: ‘Si estás en el Madrid es por algo. Ya está. No te escondas. No tengas más ese miedo y empieza a disfrutar como cuando eras un niño’. A uno no le gusta escuchar esas cosas, pero tenía razón.
Empecé a encontrar un psicólogo, un coaching deportivo. Entre todos me hicieron abrir la cabeza y madurar. Yo nunca había creído en esas figuras mundiales».