Francisco Maturana recordó el día que fue contactado por el equipo merengue y las razones por las que se frustró su llegada.
El entrenador chocoano ha vuelto a ser noticia en el fútbol mundial. Esta vez es por cuenta de una entrevista concedida al diario ‘EL PAÍS’ de Cali, en la que repasó su exitosa carrera como director técnico. Estas fueron las palabras de Maturana:
«Yo quise que los jugadores que dirigí jugaran el fútbol que yo sentía. Cuando aparece el tema zonal, con los profesores Luis Cubillas y Ricardo de León, me sentí cómodo, e implementé en Atlético Nacional, que fue el origen de todo, ese juego. Con calidad y amistad, armamos un cóctel que la gente pudo disfrutar. Una marcación en zona, pero con un contenido holístico.
Pero esos logros no podemos mirarlos simplemente como datos. En 1987, yo les decía a los periodistas que si Colombia era mundialista, ellos también. Cuando llegamos a Italia, los temas eran Pablo Escobar y la guerrilla, pero pronto la pelota se volvió también tema y empezaron a vernos como un país de gente buena».
PASO DE PACHO MATURANA POR EUROPA
«Ir al Valladolid fue un honor, un negrito colombiano dirigiendo en Europa. Y fueron a ver mi trabajo personajes como Juan Manuel Lillo. Real Madrid mandó a Rafa Benítez, que entrenaba las inferiores. Silvio Berlusconi mandó a Fabio Capello, después hice amistad con él y Arrigo Sacchi. Y ahora en cuarentena me escriben de La Masía del Barcelona, una carta muy bonita, donde me invitan a compartir con ellos, y obvio, mi vanidad tambalea.
¿Qué me faltó? Yo apelo a lo que una vez me dijo Jorge Valdano. Me dijo que me faltó desarraigarme de Colombia y seguramente me hubiera quedado allá. Nunca estuve posicionado donde estaba.
Un día me llamó Hernán y me dijo: ‘Pacho, allá no vas a ganar con Valladolid, vos ganás acá, y para que ganés en Colombia solo hay dos equipos, América y Nacional, y en Nacional estoy yo’. Me vine para el América y gané. Yo quería ganar. Me faltó entender mejor las situaciones, porque en Europa seguí siendo un montañerito.
CONTRATO CON EL REAL MADRID
«Firmé contrato, el aval lo dio Vicente del Bosque, luego de ver jugar al Valladolid. Los directivos me invitaron a una cena y me preguntaron que si sabía lo que acababa de ocurrir. Les dije que sí, que había firmado un contrato, y me dijeron que no, que era mucho más, que había tocado el techo del fútbol y que había que brindar con champaña Dom Pérignon, un nombre que en mi vida yo nunca había escuchado.
Y les respondí que aún no había tocado el techo, que eso sucedería el día que me sentara en el banco del Real Madrid, y que cuando eso pasara, yo invitaba al tal Dom Pérignon ese.
Y después pasó lo que pasó, Madrid se fue en caída, me dijeron que mientras yo llegaba autorizara un técnico, le dije al presidente Ramón Mendoza que el equipo no era mío, y ellos llevaron a Radomir Antic, que ganó seis partidos y empató uno.
Me dijeron que había armonía, pero que conmigo había un contrato, que llegara como manager y que cuando Antic comenzara a fruncir, entraba yo. Le dije que no, que yo no era un gallinazo para estar pendiente de la carroña. Quedaron el respeto y el aprecio».
FUTURO DE FRANCISCO MATURANA
«No caducamos. Los técnicos no vemos el partido como el aficionado. Nosotros somos prisioneros del fútbol y vemos los partidos con un papelito y un lápiz en la mano, y nos preparamos como si tuviéramos que dirigir mañana, con la maleta lista.
Si se me aparece una oportunidad atractiva, con todos los caprichos que yo tengo, lo intentaría, porque es mi hábitat natural, es mi vida».