El calendario del próximo año volverá a ser un quebradero de cabeza para el portugués José Mourinho.
Se acaba la primera parte de la temporada y el Real Madrid se marchará a vacaciones con muchos problemas por solucionar. La distancia que lo separa del líder Barcelona (13 puntos), el doble duelo ante el Manchester United por los octavos de la Champions y la posibilidad de que Cristiano y Mourinho abandonen el plantel, son algunas de las cosas que se deberán analizar fríamente durante el paro navideño.
Lo más llamativo del caso es que al regresar de vacaciones, más o menos en los primeros días de enero, el equipo debe trabajar fuertemente para la que será su semana decisiva; una semana en la que hipotéticamente tendrá que afrontar y prepararse para un clásico, otro posible y la continuidad en la Champions. Será una semana que definirá la temporada y en la que se podrá llegar a la gloria o caer al infierno de los títulos perdidos.
En ese orden de ideas, una vez más el calendario le puede volver a jugar una mala pasada al Real Madrid. En apenas una semana (del 27 de febrero al 5 de marzo) los blancos podrían hacer frente a tres duelos decisivos en las tres competiciones en litigio.
El último miércoles de febrero están previstos los partidos de vuelta de las semifinales de la Copa del Rey. Y el sorteo deparó que Barcelona y Real Madrid se pudieran enfrentar en esta eliminatoria si ambos son capaces de superar la criba de octavos y cuartos. Ese hipotético choque tendría lugar en el Camp Nou.
El sábado 2 de marzo se vivirá en el Bernabéu el partido liguero entre los dos grandes. La Liga en su recta final. Si los blancos llegan con opciones el encuentro se antoja decisivo para el título.
Tres días después, el martes día 5 los de Mourinho visitan Old Trafford con la Champions en su máximo apogeo. Exigencia para los blancos en una temporada en la que el Madrid parece tener como máxima prioridad la conquista de Europa.
La tarea no está nada fácil y el principal responsable de que todo salga bien o mal, será José Mourinho. El estratega merengue se enfrentará a una nueva difícil etapa de su paso por la casa blanca en la que tendrá que demostrar por qué es considerado uno de los mejores directores técnicos del mundo en la actualidad.