Mosimane, que asumió el cargo tras el pasado Mundial, creyó que era la diferencia de goles el factor que determinaba qué equipo se clasificaría, por lo que, al ver que Níger perdía en Egipto, no quiso arriesgar y cambió de táctica para asegurarse el empate.
Cuando se hicieron eco del error, el entrenador quiso justificar la mala interpretación del reglamento: «Africa es una jungla. Las reglas europeas y sudamericanas son mucho mejores, pero jugar en Africa es muy difícil», afirmó Mosimane.
Poco les duró la euforia a los sudafricanos, que vieron como incluso el presidente de la Asociación Sudafricana de Fútbol les felicitaba a través de la televisión. «Esto es muy triste para Sudáfrica porque el país merece estar en La Copa de Naciones del próximo año. Me siento como si hubiera fracasado», se lamentó Mosimane.