El derbi de Bitola, que disputan Vardar y Pelister, representativo del fútbol de Macedonia, terminó en tragedia y desorden público.
La violencia sigue siendo uno de los lunares que jamas ha podido extirpar el fútbol de su majestuosa existencia. Cuando no es por parte de los hinchas, son los mismos jugadores quienes se ensañan en llevar a los extremos las diferencias dentro del terreno de juego. Muchos han sido los episodios oscuros que ha vivido el fútbol por culpa de la violencia, pero siempre han sido los árbitros lo más perjudicados por la ignorancia de aquellas personas que se hacen llamar «hinchas».
Una acertada o equivocada decisión que beneficie o perjudique a cualquier equipo, siempre acaba siendo uno de los principales motivos por los cuales un árbitro es insultado verbalmente y, en caso extremo, golpeado dentro de la misma. En el fútbol élite es muy raro ver ya eso, pues las autoridades están pendientes de cuidar la integridad física de todos los actores de un partido de fútbol.
Sin embargo, en las gradas, se siguen presentado peleas y enfrentamientos entre hinchas que terminan en tragedia. El más reciente de estos lamentables hechos se vivió en Macedonia, en el arranque de la nueva temporada, donde un aficionado perdió la mano por la explosión de una granada lanzada por la policía en el cruce de fuego.
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El derbi de Bitola concluyó con el triunfo del Vardar ante el Pelister por 0-1 gracias al solitario gol de Filip Petrov, pero el resultado final quedó en segundo plano por el incidente que tuvo lugar en el sector visitante del estadio Kafe Stadium.
En el minuto 90 y por motivos que todavía no se han esclarecido, la policía arremetió contra la grada donde se situaban los seguidores del Vardar. En la carga, un aficionado intentó alejar una granada policial con tan mala fortuna que el artefacto le explotó en la mano. Además de él, cerca de 10 personas resultaron gravemente heridas durante el altercado con las autoridades.