El experimentado y habilidoso atacante charrua ha decidido poner fin a su ciclo nacional tras 13 años de servicio, 112 partidos y 36 goles.
Desde antes de que arrancara la Copa del Mundo en Brasil se sabía que muchos eran los jugadores que dejarían la selección después del torneo. Sin embargo, una vez concluido el certamen orbital la lista de futbolistas que han decidido no continuar jugando para su país ha venido en aumento de una manera sorprendente.
Entre los casos más llamativos se encuentra el de de los alemanes Philipp Lahm y Miroslav Klose, el del inglés Stiven Gerrard, el del marfileño Didier Drogba, el del francés Franck Ribéry, el del español Xabi Alonso y del uruguayo Diego Forlán, quien en las últimas horas ha hecho oficial su retiro. De la salida de los primeros ya se habló bastante en su momento, por eso ahora todas las noticias giran en torno a la decisión tomada por el delantero del Cerezo Osaka, equipo de la segunda división japonesa.
Debutó con la Celeste en 2002, es el jugador con más partidos de la historia del país (112) y el segundo mejor goleador (36) por detrás de Luis Suárez (44). Sus dos mayores logros fueron la Copa América 2011 y el cuarto puesto del Mundial 2010 en Sudáfrica. El retiro de Forlán, futbolista de 35 años, que en mayo cumplirá los 36, ha sido anunciado por el propio jugador durante una rueda de prensa en Japón.
«Fue una decisión difícil, pero creo que es el momento indicado. Lo hablé con mi familia y antes de comunicárselo a ustedes la semana pasada llamé a El Maestro, sus colaboradores y mis compañeros.
Es momento de dar lugar a nuevas generaciones. Elegí este momento en particular por ser simbólico ya que comienza una nueva etapa previa a la Copa América y al Mundial; al igual que aquel en el 2006 cuando con varios compañeros empezamos un proceso similar. Para ellos llega un camino lleno de exigencias y desafíos pero también de satisfacciones y de la sensación del deber cumplido.
Hoy dejo de formar parte de la Selección Uruguaya de Fútbol como jugador pero voy a seguir siendo un hincha más como somos todos los uruguayos. Cuando era niño iba al estadio con mi papá y soñaba con jugar al fútbol. Volvía a casa, y me iba a la calle donde repetía una y otra vez cada jugada o gol que había visto. Lo soñaba y lo imaginaba pero nunca imaginé lo que iba a pasarme.
Esto no es una despedida, sino un hasta luego».
Gracias por tanto, Diego Forlán.