Daniel El defensa lateral brasileño reveló que el estratega español se ofreció varias veces para convertirse en el entrenador de la selección absoluta de su país.
Ya sabemos que ni siquiera en vacaciones los futbolistas dejan de ser el centro de las noticias en los diferentes diarios deportivos. Lo dicho queda comprobado a través de una reciente entrevista realizada en el programa ‘Bola da Vez’ a Dani Alves, que se encuentra descansando en Brasil, en la que criticó una vez más la gestión administrativa en la selección nacional.
El futbolista del Barcelona, que tendrá que incorporarse la próxima semana a trabajos de pretemporada, reveló detalles un secreto muy bien guardado entre los directivos, los jugadores que se enteraron y Josep Guardiola, el tercer personaje en discusión. Alves, que nunca se dobla la lengua ante la prensa, confesó en primicia las intenciones que tenía el técnico español de dirigir a Brasil en el pasado campeonato del mundo. Te dejo con sus polémicas declaraciones.
«Yo peco por hablar demasiado, pero nunca por ser mentiroso. Antes del Mundial, Pep quería entrenar a la selección brasileña y no quisieron. Guardiola decía que quería hacer campeón del mundo a Brasil y lo tenía todo bien estudiado. La excusa fue que no sabían cómo iba a reaccionar el país. Si no aceptamos al mejor del mundo, que nos puede hacer todavía mejores, es que no te preocupa la selección.
Pep es el mejor entrenador del mundo, la persona que mejor gestiona un vestuario y el que revolucionó el fútbol. Tuvimos la oportunidad de traer a un técnico así sin gastar dinero. Su intención era cobrar si conseguía el resultado esperado por los mandatarios. Ahí demuestran que no piensan en la selección brasileña».
Fueron las palabras del jugador carioca que nos llevan a pensar si con Guardiola en el banquillo la cosa hubiera sido diferente. Quizá no hubiera conseguido el objetivo de ser campeón, pero quizá tampoco hubiese sido goleado y humillado por Alemania (7-1) en semifinales, como también puede que si. Finalmente es una de esas cosas que nunca se podrán comprobar.