El estratega portugués encargado del Real Madrid, no descarta la posibilidad de que el nuevo campeón de la Copa del Rey se defina desde el punto blanco del penal. Para lo que el entrenador merengue ha preparado un Plan «B», con cobradores claros como Cristiano, Özil, Xabi y Ramos y el quinto cobrador sería Kaká que ingresaría al termino de la segunda parte. En el arco «Iker Casillas» que es un experto en parar penaltis decisivos.
Mourinho tiene un plan. Mejor dicho, tiene muchos. En su cabeza, el técnico portugués ya ha jugado muchas veces la final de mañana en todos los escenarios posibles —ir por delante en el marcador, por detrás, con partido igualado, en inferioridad numérica, hasta en superioridad— y, por ello, también tiene prevista la eventualidad de que el segundo Clásico de abril acabe decidiéndose por penaltis.
Si el partido llega igualado al último cuarto de hora, Mourinho tiene la intención de reservarse el tercer cambio —siempre que no haya una expulsión o una lesión que le trastoque tácticamente los planes— para dar entrada a Kaká al principio de la prórroga pensando en una hipotética tanda de penaltis.
El brasileño, que era el primer lanzador de penaltis del equipo la pasada temporada con Pellegrini, es un especialista desde los 11 metros, como demostró en el último partido del Madrid fuera del Bernabéu —en San Mamés— donde marcó las dos penas máximas que lanzó.
Mourinho tiene claro quiénes serán cuatro de sus cinco lanzadores en el caso de llegar a una hipotética tanda de penaltis, siempre que no hayan sido sustituidos o expulsados. Cristiano, Xabi Alonso, Özil y Sergio Ramos serán los encargados de lanzar los cuatro primeros penaltis por parte del Madrid.
El técnico luso sabe que, de decidirse la final en la lotería de los 11 metros, cuenta con un valor añadido que puede utilizar las manos y se llama Iker Casillas. El meta internacional del Madrid —al que sólo le falta la Copa del Rey en su dilatadísimo palmarés— comenzó a forjar gran parte de su leyenda en algunas tandas históricas de penaltis.
LA LEYENDA DE SAN IKER
Con la selección española, Iker Casillas fue decisivo en la tanda de penaltis ante Irlanda en el Mundial de Corea y Japón, un partido que daba el pase a España a los cuartos donde también caímos ante Corea desde los 11 metros.
En la Eurocopa de Alemania, el portero se puso el traje de San Iker para acabar de con dos históricos guantazos con la maldición de cuartos y con la maldición de Italia. Sus paradones metieron a La Roja en semifinales y, desde ahí, ganar, y ganar, y volver a ganar, y ganar, y ganar.
Los madridistas confían en que, llegados al calvario de los penaltis, el brazo incorrupto de San Iker pueda guiarles hacia una Copa también maldita.
Fuente: Marca.com