El centrocampista inglés asegura que el técnico español lo convirtió en un mejor jugador gracias a su gran conocimiento en el tema táctico.
Cada vez son más los jugadores, técnicos y directivos que plasmas sus carreras en los libros. El último en sumarse a esta tendencia cultural ha sido un Steven Gerrard que el pasado fin de semana reveló los primeros detalles de su biografía ‘Steven Gerrard, My Story’, una obra que repasa algunos momentos claves de su vida como futbolista.
Ha sido el reconocido diario británico ‘Daily Mail’ el encargado de publicar algunos extractos del libro que pronto estará en el mercado. En medio de estas primeras paginas que se han podido conocer se destacan las líneas en las que habla de Rafa Benítez y revela detalles de su relación durante el tiempo que coincidieron en el Liverpool. El ahora centrocampista de los Ángeles Galaxy se rinde en elogios con el nuevo entrenador del Real Madrid. Te dejo con sus palabras.
Respeto: «En las ruedas de prensa llamaba a todos los jugadores por su nombre pero yo siempre era ‘Gerrard’. Lo mismo en el vestuario. Había apodos pero yo siempre era ‘Gerrard’. No me haría jugar mejor si me llama de repente ‘Stevie’. Solo quería ganar el próximo partido y sabía que Rafa podría, por lo general, ayudar a conseguir una nueva victoria».
Familia: «Gerard Houllier presentó a Rafa a mi madre. Le estrechó la mano, la saludó e inmediatamente le hizo una pregunta muy directa. ‘¿Le gusta a Steven el dinero?’ Esas fueron las primeras palabras de Rafa a mi madre y pensé: ‘¿Qué clase de pregunta es esa?'».
Historia: «Es una pena porque probablemente compartimos la noche más importante de nuestras carreras con la Liga de Campeones de 2005 en Estambul. Y sin embargo no hay ningún vínculo entre nosotros».
Compañeros: «Yo pensaba que estaba a favor de los hispanohablantes. Era un gran fan de los jugadores sudamericanos, lo cual está bien. Esto no causó problemas entre nosotros».
Mejor jugador: «Nuestra relación de trabajo era ultra profesional y su frialdad me llevó a convertirme en un mejor jugador. Yo tenía hambre de ganarme sus elogios. Éramos como el fuego y el hielo. La pasión surgió dentro de mí mientras que Rafa era más pensador, más estratégico».