La selección albiceleste quedó eliminada de forma vergonzosa al caer 0-4. Recibió un baile alemán y con tantos de Klose (minutos 68 y 89), Friedrich (74′) y Müller (3′) debe pensar ahora en el próximo Mundial.
Alemania fulminó a Argentina, la goleó con toda la contundencia con la que venía ganando la albiceleste, puso al descubierto las miserias del equipo de Diego Maradona y, de paso, demostró al mundo que no es un candidato casual al Mundial de Sudáfrica sino un favorito serio.
Como hace cuatro años, Argentina cayó en cuartos y ante el mismo rival. Pero entonces lo hizo en la tanda de penaltis y ahora bajo una tormenta de goles germanos.
Por quinto Mundial consecutivo, Argentina cae ante una selección europea y lo hace un día después de que perdiera Brasil frente a Holanda en la misma ronda, poniendo en duda el presunto dominio futbolístico de Latinoamérica.
Los germanos se cuelan entre los cuatro mejores del mundo tras haber dejado de lado a dos de las favoritas, primero a Inglaterra y luego a una Argentina que no conocía la derrota, que venía dejando muestras de contundencia ofensiva y ambición.
El equipo de Maradona perdió porque se enfrentó a un rival más serio, que sacó partido de todas las carencias que hasta ahora habían quedado tapadas por su contundencia ofensiva, por la potencia de su delantera, auténtica dinamita que había desarbolado a todos sus rivales sin necesidad de orden táctico, de disciplina.
Pero contra Alemania eso no fue suficiente. Las estrellas albicelestes no brillaron. Messi anduvo menos presente y el equipo se derrumbó como un castillo de naipes, como un gigante con los pies de barro. Cuando falló la pegada, no había nada para suplirlo.
Perdió un partido que se puso cuesta arriba desde el minuto 3, cuando Müller, el joven jugador que hace cuatro meses Maradona había confundido con un recogepelotas y que ya lleva cuatro tantos en este Mundial, anotó el primero de la tarde en el minuto tres. No obstante, Muller no marcará en las semifinales, porque vio una amarilla que le impedirá jugar esa ronda.
El marcador en contra pesó como una losa. Argentina descubrió una situación inédita, desconocida para un equipo acostumbrado a remar a favor de corriente, arriba en el marcador y no a verse con prisas, urgencias y obligaciones.
En ese contexto nada funcionó. El equipo empujó con brío, con el corazón que tanto les ha pedido su seleccionador, pero sin orden. Fue una ofensiva apasionada pero tan ineficaz como contundentes habían sido las de los partidos anteriores.
Quien más lo intentó fue Ángel di María, el mejor de su equipo, el más activo en la incorporación al ataque, más acertado que en los partidos anteriores. Dejó en el césped su mejor versión, tanto cuando comenzó por la izquierda, su puesto natural, como cuando se desplazó a la derecha para buscar soluciones al marcador en contra.
Messi apareció menos, perdido en la maraña alemana, obligado a bajar a buscar el balón muy lejos de la portería, donde no se puede ser letal, donde su magia pierde poder y su influjo en el juego es menos determinante.
Tévez le puso genio pero poco más e Higuaín participó menos en el juego.
Fue poca la propuesta argentina. Media docena de jugadas que apenas llegaron a despeinar la tela tejida por Joachin Löw.
Lo intentaron desde lejos pero sin fuerza, trataron de entrar en el área pero sin acierto. Se estrellaron una y otra vez. Y Messi no aparecía.
Impotente, sin respuestas, Argentina se conformó con dominar pero sin crear grandes ocasiones, mientras Alemania acechaba, aguardaba en sus cuarteles de invierno a que la albiceleste dejara sus huecos.
Los tuvo la «Mannschaft», que volvió a demostrar que a la contra es una máquina bien engrasada. Pudo marcar Klose tras una brillante jugada de Müller. Y el propio Müller a pase de Lahm.
Sus ocasiones eran más claras que las argentinas, pero la intensidad la ponían los albicelestes.
En el segundo tiempo buscaron más el gol, con más ahínco, pero con el mismo desacierto. Su empuje rompió el partido, lo hizo de ida y vuelta, sin rumbo, a la merced de cualquiera, un correcalles sin sentido que dejó los minutos más atractivos y emocionantes
Del intercambio de golpes salió beneficiada Alemania, la que tenía un poco más de orden y clarividencia.
En el minuto 68 Müller demostró que está enchufado en el Mundial y, desde el suelo, acertó a servir a Podolski que se internó en el área para centrar a un Klose que marcó libre de marca.
El segundo tanto acabó por quebrar a Argentina. Sólo quedaba la heroica, lanzarse a por todas a la desesperada. Pero Alemania no dio tiempo a Argentina a preparar la respuesta. Siete minutos más tarde Schweinsteiger dejó sentados a cuantos defensas albicelestes le salieron al paso y sirvió para que Friedrich sentenciara el encuentro.
Todavía tuvo tiempo de marcar el cuarto Klose en otra jugada al contragolpe, lo que le deja a las puertas de ser el máximo goleador de toda la historia de los Mundiales.
Era la sentencia a una selección argentina que sucumbió de alto, con estrépito, desarbolada por un equipo ordenado que se mete entre los cuatro mejores del mundo y presenta su candidatura a más, nadie sabe a cuanto más, porque su juventud llena de incertidumbre su suerte.
A tanto como aspiraba hasta ahora la Argentina de Maradona, que vio como sus estrellas dejaban de brillar el día más necesario.
Ficha técnica:
0- Argentina: Sergio Romero; Nicolás Ottamendi (Javier Pastore, m.70), Nicolás Burdisso, Martín Demichelis, Gabriel Heinze; Maxi Rodríguez, Javier Mascherano, Ángel di María (Sergio Agüero, m.75); Lionel Messi; Carlos Tévez y Gonzalo Higuain.
4- Alemania: Manuel Neuer; Philipp Lahm, Per Mertesacker, Arne Friedrich, Jerome Boateng (Jansen m.72); Sami Khedira (Kroos m.77), Bastian Schweinsteiger; Thomas Müller (Trochowski, m.84), Mesut Özil, Lukas Podolski; Miroslav Klose
Goles: 0-1, m.3: Müller; 0-2, m.68: Klose; 0-3, m.74: Friedich; 0-4, m.89: Klose
Árbitro: Ravshan Irmatov (UZB), amonestó a los argentinos Mascherano y Otamendi y al germano Müller.
Incidencias: Encuentro de cuartos de final del Mundial de Sudáfrica disputado en el estadio Green Point de Ciudad del Cabo ante 64.100 espectadores, en presencia de la canciller alemana, Angela Merkel, y del presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma. Antes del encuentro, los capitanes Javier Mascherano y Philipp Lahm leyeron una declaración en contra del racismo.
Final del primer capitulo y la seleccion Alemana gana el compromiso por la minima diferencia. En un partido muy cerrado donde un gol de camerino le da la victoria parcial a la seleccion alemana y lo clasifica a las semifinales del mundial. Esperemos a ver que puede hacer Maradona para dar vuelta al resultado y conseguir asi un cupo en las semifinales del mundial 2010.
A los 36´minutos de partido la seleccion Arentina tuvo la oportunidad mas clara de empatar, luego de que le anularan un gol a Gonzalo Higuain por un fuera de lugar de Carlos Teves.
32´minutos de partido y el Jabulani le juega una pasada a Messi, que no conecta bien y dispara muy desviado.
A los 3´minutos del partido la seleccion Alemana anoto el primer gol del encuentro. El gol lo consiguio Muller luego de un cobro de tiro libre al primer palo que fue bien cabeceado por el Delantero Aleman. Alemania arriba en el marcador con muvho partido por delante.
Hace cuatro años, Alemania eliminó al conjunto albiceleste del Mundial desde los doce pasos y la revancha está servida para los argentinos.
El seleccionador argentino, Diego Armando Maradona, se ha empeñado en comparar el Mundial de 2010 con el que él contribuyó a ganar en 1986 y considera que repetir esa hazaña es el destino de la albiceleste.
Será un duelo plagado de referentes históricos, las dos finales que se repartieron en 1986 y 1990 o los cuartos de final de hace cuatro años, cuando los germanos se impusieron en su casa en una tanda de penaltis que apartó de la gloria a Argentina.
De todos aquellos rasguños han quedado cicatrices que unos y otros han aireado estos días para calentar un duelo que promete muchos voltios.
Algo que Argentina busca con ahínco desde aquella final de 1990 en la que los campeones del mundo cedieron su trono a los subcampeones y acabó el reinado que Maradona quiere ahora recuperar desde el banquillo.
En aquel partido de Roma Franz Beckenbauer dirigía la «Mannschaft» y se convertía en el segundo hombre en ganar el Mundial como seleccionador después de haberlo hecho como jugador, tras el brasileño Mario Zagallo.
Maradona quiere ahora ser el tercero y a ese fin dedica sus esfuerzos, que pasan por mentalizar a sus hombres de que no hay otra salida posible que no sea el triunfo, un destino que persigue a base de atacar.
No en vano Argentina es la máxima anotadora de los ochos equipos que quedan en liza, con diez dianas logradas por dos tantos recibidos, un balance muy positivo que ha permitido a la albiceleste sumar cuatro victorias en otros tantos partidos y pasar del estatus de favorita histórica al de candidata real al título.
Las lagunas en el juego, la descompensación del equipo, las carencias, se han compensado a base de una aplastante contundencia ofensiva, con un Gonzalo Higuain astuto que lleva cuatro dianas y un Carlos Tévez eficaz que ha sumado dos.
Y con un Lionel Messi es estado de gracia que todavía no ha marcado pero que ha abierto cuantas defensas le han colocado enfrente, lo que le sitúa como el jugador más brillante en lo que va de Mundial.
La albiceleste siempre ha caído contra selecciones europeas desde que Alemania la venció en la final del 90. Luego vino la derrota ante Rumanía en octavos de final del 94, contra Holanda en cuartos de final del 98, el fracaso en primera ronda en 2002, tras perder contra Inglaterra y empatar contra Suecia, y, de nuevo, la eliminación en cuartos de final del Mundial de 2006 contra Alemania.
Por su parte, el combinado de Joachim Löw se ha formado en siete semanas, en una auténtica revolución en la que veteranos como Torsten Frings, Jens Lehmann y Christoph Metzelder han dejado el puesto a debutantes como Mesut Özil, Thomas Müller, Jerome Boateng, Sami Khedira y Manuel Neuer.
Una generación de veinteañeros que se ha sumado a otra algo más veterana, la de los Bastian Schweinsteiger, Per Mertesacker, Philipp Lahm, Lukas Podolski para confeccionar un equipo sólido y atractivo.
Sin contar al sempiterno Miroslav Klose, que lleva doce dianas en los Mundiales y persigue el récord de quince del brasileño Ronaldo.
Su talón de aquiles es la inexperiencia, que les llevan a la irregularidad, a asombrar al mundo con una preciosa goleada ante Australia (4-0) para caer cinco días más tarde frente a Serbia (1-0). A salvar los muebles contra Ghana (1-0) para superar la primera fase y desarbolar a la poderosa Inglaterra en cuartos de final (4-1).
Alineaciones probables:
Argentina: Sergio Romero; Nicolás Ottamendi, Nicolás Burdisso, Martín Demichelis, Gabriel Heinze; Maxi Rodríguez, Javier Mascherano, Ángel di María; Carlos Tévez, Lionel Messi y Gonzalo Higuain.
Técnico: Diego Maradona.
Alemania: Manuel Neuer; Philipp Lahm, Per Mertesacker, Arne Friedrich, Jerome Boateng; Sami Khedira, Bastian Schweinsteiger; Thomas Müller, Mesut Özil, Lukas Podolski; Miroslav Klose
Técnico: Joachim Low.
Árbitro: Ravshan Irmatov (UZB)
Estadio: Green Point de Ciudad del Cabo.
eeee pero que mal arquero el de argentina eso da pena!!! 4-0 uuuuyy que guinvas(gu-in-vas)